2021 es el año internacional de las frutas y las verduras, por lo que, en este año, uno de los objetivos es concienciar a la gente sobre los beneficios nutricionales y para la salud que tiene consumir frutas y verduras. Por desgracia, aproximadamente un tercio de las frutas y verduras que se producen para el consumo humano se retira de la cadena alimentaria y se termina desperdiciando (FAO, 2019; de Hooge et al., 2018, p. 698). Lamentablemente, los consumidores suelen asociar la calidad de la fruta con su apariencia. Si estas no tienen el tamaño, forma o color perfecto, los consumidores las tiran o no las compran, y así se crean los desperdicios. Sin embargo, estas frutas y verduras “feas” siguen teniendo el mismo valor nutricional y saben igual, pero se tiran porque no tienen una apariencia bonita. Nuestra cadena de suministro actual para las frutas y verduras es lineal y muchos de los problemas a los que nos tenemos que enfrentar son resultado directo del sistema “tomar, hacer, usar y tirar” que caracteriza a estas cadenas y tiene como resultado un alto nivel de desperdicio de los alimentos. Por ello, es necesario que VEAMOS las cosas de manera diferente y esto solo se puede conseguir a través de la educación y concienciación, particularmente entre los que forman parte de esas cadenas de suministro y, en concreto, los comerciantes que tienen contacto directo con los consumidores.