Si se tiene en cuenta la pandemia que asola Europa y la inminente crisis económica que ya se está extendiendo por el mundo, debería imponerse lo que podríamos considerar como una reconstrucción, reconstitución o renovación de los paradigmas políticos, sociales y económicos. Además, el objetivo principal debería ser hacer que el Pacto Verde Europeo sea el marco para salir de la crisis, incorporando las lecciones que estamos aprendiendo. La preocupación por cuestiones medioambientales ha ido creciendo en la Unión Europea en los últimos años. Los objetivos principales son asegurarse de que Europa se convierta en el primer continente del mundo en conseguir la neutralidad de carbono antes de 2050, lograr una economía sostenible en la que las emisiones de gases de efecto invernadero desaparezcan en 2050, desvincular el crecimiento económico del uso de los recursos y no dejar a ninguna persona ni lugar atrás.

La poca participación de los jóvenes en los procesos electorales y su reducida influencia en los órganos de decisión política y económica son algunos de los factores que explican la poca presencia de cuestiones relacionadas con la juventud en la agenda política. La participación es un mecanismo clave para la construcción de la ciudadanía, entendida en relación con la posesión de “los derechos, medios, espacios y las oportunidades y, cuando sea necesario, el apoyo para participar e influenciar en la toma de decisiones”. Esto no solo contribuye al desarrollo personal de los jóvenes, sino también al “sentimiento de pertenecer a una comunidad”.