Ningún niño se queda atrás es un proyecto iniciado por la Asociación Noi Re-Cream con sede en Timisoara, Rumania y realizado en asociación con organizaciones de cinco países europeos diferentes: Promipresa (Italia), Synthesis (Chipre), KMOP (Grecia), Inercia Digital ( España) y Previform (Portugal). El proyecto tiene como objetivo perfeccionar la comunicación dentro de las familias transnacionales, mediante la educación de los padres migrantes y los educadores de los padres y ofreciendo herramientas para facilitar una comunicación continua y sustancial con los niños que quedan en casa. El proyecto responde a la situación crítica de los niños dejados atrás por los padres que migran por trabajo, sintiéndose abandonados y sin apoyo en sus años más importantes de desarrollo, cuando la seguridad emocional juega un papel muy importante.