Aun cuando las impresoras 3D han estado presentes por casi 30 años, la disponibilidad de impresoras de bajo coste en tiempos más recientes ha llevado a algunos a proclamar el comienzo de una nueva revolución industrial. Escuelas y bibliotecas de todo el mundo están llevando estas poderosas herramientas a las aulas con “espacios de creación” donde son acompañadas de otras herramientas de fabricación. Por ejemplo, China está distribuyendo impresoras 3D en cada una de sus 400,000 escuelas primarias. En los Estados Unidos se están incorporando las impresoras 3D a buen ritmo, particularmente en programas CAD, pero también en aulas tradicionales de arte y estudios sociales e incluso en programas de negocios.

Si la impresión 3D está dando paso a una nueva revolución industrial, va de camino a revolucionar la enseñanza y el aprendizaje también. El resultado de llevar estas herramientas a las aulas es reavivar la poderosa pedagogía práctica (hands-on). Como el proyecto 3D-VET busca demostrar, la impresión 3D aprovecha el aprendizaje práctico para profundizar nuestro enfoque educativo en asignaturas de educación tradicional.