El abandono prematuro de la educación y la formación es un problema grave en muchos países de la Unión Europea y ha llamado la atención de muchos investigadores, responsables políticos y educadores. Aunque la situación es diferente en cada país y las razones subyacentes para que los estudiantes abandonen prematuramente son muy personales, el proceso que conduce a ello incluye una serie de elementos comunes: dificultades de aprendizaje, problemas socioeconómicos o falta de motivación, orientación o apoyo.

El abandono prematuro es un gran reto, no sólo para los jóvenes, sino también para las comunidades. Para muchos, el abandono escolar o la formación conducen a una reducción de las oportunidades en el mercado laboral y a un aumento de la probabilidad de desempleo, pobreza, problemas de salud; además de una reducción de la participación en actividades políticas, sociales y culturales. Por otro lado, estas consecuencias negativas tienen un impacto en la próxima generación, lo que pueden prolongar el abandono escolar prematuro. El desempleo juvenil en la Unión Europea es del 20% y el abandono prematuro contribuye directamente a ello, ya que la empleabilidad depende en gran medida del nivel de formación alcanzado.